Una imagen bonita, y Valli hice justicia en su pasarela. Se fue con la memoria a los recuerdo que retiene en ella de los jardines de principio de siglo y los llevó al presente en el momento oportuno.
Fue el eclecticismo de la Alhambra que le atrajo, la mezcla entre árabe y español.
“El secreto de mis hijas es que siempre son excéntricas”, dijo antes de su espectáculo. “Ellas no juegan. Son.”
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